29 Julio 2019

RECIBE ALCALDE EN SU DESPACHO A VERÓNICA ARROYOS, OTRA GLORIA DEL BALONCESTO NACIONAL Y ORGULLO DE COLONIA MADERO

*Comparte sus inicios en el deporte ráfaga y expresa algunos de sus mayores anhelos
*Luchó desde los 15 años para hacerse de su propio nombre y no depender del Satanás Arroyos

En el despacho de la Presidencia Municipal, el Presidente Municipal Héctor Mario Galaz Griego, recibió la visita de la basquetbolista Verónica Arroyos Morales y en una amena charla, en la que también estuvo presente su hermano José Luis “El Satanás” Arroyos, compartió sus anécdotas durante su paso por el deporte ráfaga y expresó su anhelo por jugar una vez más, pero ahora en un juego de despedida en esta ciudad. 

Originaria de Colonia Madero y durante más de 15 años, integrante de la Selección Mexicana de Baloncesto, Verónica compartió el momento preciso en que todo comenzó. “Mi hermano me mandó en un vuelo directo a la Ciudad de México a la edad de 15 años para que fuera al Comité Olímpico”. Después de dedicarle por varios segundos una mirada a su hermano, agregó, “así empecé una vida en este maravilloso deporte que no me permitió volver a mi tierra”.
Sentada frente a un escritorio y teniendo al lado, a uno de los mejores jugadores de básquetbol del país en los últimos años, Verónica agradece el recibimiento que le hace el Alcalde, quien no duda en reconocerse como fan y un verdadero admirador de las máximas glorias que ha dado este deporte, tanto en el equipo varonil, como femenil en la selección nacional.

¿Su primer juego con la selección nacional a qué edad fue?, cuestiona el edil- -A los 18 o 19 años. Pero la primera vez me corrieron profe, de la selección nacional.
¿Qué paso?, interrumpe, con seriedad y muy interesado en conocer a fondo la historia. -Porque me decía el entrenador: tú haces todo, eres muy buena pero todavía te falta un poco. Tienes que ir a tu tierra, a tu Estado para que tengas más experiencia.
¿Y hacía todo?, pregunta de nuevo el Presidente Municipal.
-¡Todo! Responde con seguridad Verónica Arroyos.
¿Y no la quiso?, nuevamente interviene sin poder ocultar su curiosidad Galaz Griego.
-Y yo pensaba en mi hermano, se va a sentir defraudado.

Recordó que ese mismo día se prometió que nunca más en su vida la iban a correr de la selección nacional. Regresó a Chihuahua para entrenar tarde, día y noche.

-Corría, tiraba canasta y cuando me vuelven a llamar, me dije, no me van a volver a correr. Con mucho trabajo y mucha disciplina profe, porque yo no me aproveche de ser hermana del Satanás Arroyos para salir adelante y aunque me siento orgullosa de mi hermano, yo quise forjar mi propio nombre.

Con voz pausada en ocasiones, como si aguardara a las intervenciones de sus interlocutores, pero también con voz acelerada por los recuerdos que le brotaban espontáneamente y todos al mismo tiempo, la jugadora cuenta como gracias a la disciplina y el esfuerzo, tres años después de su llegada a la Ciudad de México sin conocer la ciudad, sin contar con ninguna amistad, ya formaba parte del equipo nacional femenil.

Al igual que su hermano, José Luis Arroyos Morales, quien fuera el número uno del basquetbol mexicano en su momento. Ella, fue puntal de la Selección Mexicana a la que perteneció por más de 15 años. Presume además y con todo el derecho del mundo deportivo, tener el record de haber encestado 103 puntos en un juego de baloncesto.

Después de responder a una pregunta que le hace el Alcalde, quien se muestra sumamente emocionado por la visita, Verónica Arroyos hace una pausa y comenta, sin poder ocultar cierto acento de orgullo, que pudo haber jugado en la versión femenina de la mejor liga del basquetbol mundial, la WNBA. “Las ofertas llegaron, pero por designios del destino, no se concretó ese sueño”, lamenta.

En 1993 forma parte del equipo “Indias de la UACJ”, y recuerda también que participa en el campeonato pre nacional contra el Tecnológico de La Paz BCS en el Gimnasio Universitario de la UACJ, jugando bajo la dirección de la maestra Silvia Gutiérrez. Recuerda también que le metió 40 puntos a un equipo de Estados Unidos en una Universiada.

Así como ésta, Verónica Arroyos compartió cientos de anécdotas de todos sus juegos representando a México en el extranjero, y aunque reconoce que son incontables, lo que no evade comentar, es que su hermano, siempre estuvo allí para apoyarla a ella y a su hermana que también logró hacerse de una importante trayectoria en el baloncesto nacional. Pero por encima de todos estos momentos, recuerda que siempre estuvo cerca de ellas para exigirles, para no permitirles que se sintieran confiadas.